Iluminar las zonas de paso siempre nos causa problemas: focos o lámparas, bajo consumo o normales… Fíjate en la imagen, todo resuelto con un techo de cristal sobre el pasillo. Lo mejor de la idea: el agua de la piscina reflejada en las paredes del pasillo.
El mismo efecto se consigue en la entrada de la casa. Además de un ahorro en la factura de la luz, el cristal atrapa el calor provocando una sensación térmica muy agradable durante todo el año.
Incorporar a toda una estancia un techo de cristal, conlleva un precio un poco alto. Prueba con un ventanal sobre una zona concreta que quieras iluminar. Por ejemplo: un espacio de juegos, la mesa de la cocina o la del comedor.
La limpieza es un aspecto preocupante en estos techos y paredes. Necesitan atención continua y, muchas veces, es difícil acceder a ellos. El cristal que elijas debe ser de gran grosor, para que no sufra roturas ni desperfectos con el tiempo.
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