La decoración con cuadros incorpora un elemento de valor decorativo que ayuda a reforzar el estilo y aporta personalidad a la decoración.
Individualmente o en grupos los cuadros mejoran el concepto de la decoración y ofrecen interesantes recursos visuales.
Al elegir los cuadros para una habitación siempre es conveniente saber qué ambiente deseamos crear.
Como los cuadros aportan personalidad, saber qué estilo queremos darle a una habitación nos ayudará en su elección.
- Elegir imágenes que nos gusten es indispensable para que la habitación nos resulte agradable. Nos podemos inspirar creando nuestros propios cuadros o resolviendo la decoración con cuadros comprados. De cualquier forma, saber equilibrar entre un diseño que se adapte al proyecto decorativo y a nuestros gustos personales es indispensable para tomar la decisión apropiada.
- Los cuadros pueden ser creaciones propias, por ejemplo: una pintura sobre bastidor, un dibujo a mano sobre papel, un collage, renovar viejos marcos, enmarcar o utilizar objetos que no fueron hechos para ser cuadros (mapas, láminas, hojas de revistas, fotografías, bandejas, etc.).
- Siempre podemos crear nuestros cuadros haciendo enmarcar objetos que nos gusten o que queramos dejar a la vista, por ejemplo: cartas personales, bolsas de papel de marcas conocidas, dibujos infantiles, retazos de tela, tapices, hojas de revistas, estampillas, colecciones, fotografías, postales, objetos origami, espejos, flores secas, etc.
- En algunos mercados de pulgas o casas de remate se consiguen cuadros con marcos antiguos que se pueden reciclar y cambiar la lámina para darle un aspecto más moderno.
- En una habitación puede haber muchos cuadros o algunos pocos. Elija si colgar grupos de cuadros para lograr un ambiente más cálido o disponer un gran cuadro como protagonista único de la habitación.
- Los cuadros pueden ser diferentes entre sí o de un mismo estilo y marco. Los cuadros similares logran una decoración más formal, mientras que la variedad de tamaños y modelos se percibe como más alegre y cálida (siempre que se consiga un equilibrio en la distribución de los cuadros).
- Evite que las paredes parescan una galería de arte. Evite desplegar cuadros en todas las paredes sin ningún orden. Agrupar los cuadros siempre es más interesante que si están sueltos y repartidos por toda la habitación. Agrupe los cuadros. Cree áreas de cuadros definidas.
- Una disposición simétrica de cuadros siempre resulta agradable a la vista, por ejemplo: un grupo de cuadros formando un cuadrado o dispuestos en hileras horizontales o verticales.
- Si cuenta con una serie de cuadros similares en medidas y láminas, puede formar una composición simétrica.
- Otro recurso interesante es formar hileras verticales u horizontales de cuadros, teniendo en cuenta que esta decisión afecta la percepción que tenemos de la habitación, haciéndola parecer más ancha o más larga según el caso.
- La distribución asimétrica de cuadros también pueden resultar un recurso satisfactorio y a menudo interesante. Juegue con los cuadros y los demás objetos para lograr una decoración armoniosa dentro de lo asimétrico. Prepárese para experimentar, mover objetos y cuadros hasta conseguir un diseño agradable y satisfactorio.
- En los ambientes angostos y reducidos conviene colocar los cuadros verticalmente. De esta forma se crea la ilusión óptica de un techo más alto y, por lo tanto, aumenta la sensación de altura en su totalidad.
- En ambientes grandes y bien iluminados se puede disponer con mayor libertad la distribución y el tamaño de los cuadros.
- Las columnas que tengan presencia dentro de la decoración se pueden decorar con cuadros pequeños. Si se cuelgan varios cuadros de la columna deben estar distribuidos en una hilera vertical. Si deseamos que la columna pase desapercibida entonces conviene no poner ningún objeto o cuadro que la resalte.
- Un cuadro colgado sobre un mueble bajo (un sillón, cama, cómoda o dresoire) no debe quedar pegado al mueble y mucho menos acercarlo al techo. La relación siempre debe ser que el cuadro esté más cerca del mueble que del techo, para no sentir que está flotando.
- Sobre un sillón de dos o más cuerpos siempre es conveniente colocar un cuadro horizontal, ya que una disposición vertical compite con el sillón y crea desproporción.
- Si por alguna razón (por ejemplo tapando un desperfecto de la pared o esquivando una llave de luz) se necesita poner un cuadro muy por encima del mueble, con una gran distancia entre mueble y cuadro, entonces conviene llenar el espacio con algún objeto.
- Los cuadros no necesitan estar fijos (clavados) en una pared. Una alternativa para distribuir los cuadros es apoyarlos sobre muebles o superficies (chimeneas, mampostería, piso, etc.). Podemos colocar hileras sobre algún mueble en particular o un combinándolos con otros cuadros colgados en la pared. Esta distribución aporta dinamismo y permite cambiarlos de lugar y distribución cuando se nos ocurra.
- Los cuadros también se pueden apoyar sobre estantes. En unos estantes colocados especialmente se puede diponer cuadros en diferentes tamaños y motivos.
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